miércoles, 28 de noviembre de 2012

Monólogo interior de David

¡HOLA LECTORES!

 -  Tenemos buenas noticias, hoy tenemos con nosotros a un chico muy especial, a la persona que aporta un poco de serenidad y formalidad a nuestro blog, si, en efecto, hablamos de... ¡Vallejo! (Aplausos). Bueno, dinos Vallejo, ¿De qué nos vas a hablar hoy?


 - Buenos días, muchas gracias por la presentación, aunque no hacía falta, bueno hoy me gustaría hablar de una de las cosas que más me gustan en este mundo: los animales. Siempre me han gustado los animales, de todas las clases: exóticos, como las serpientes, o más cotidianos, como un perro, de cualquier clase, color, tamaño o forma.
Pero lo que no puedo aguantar, desde que tengo uso de razón, son los bichos, ¡no puedo aguantarlos!, ya sean pequeños como una arañita o más grandes como pueden ser esos odiosos insectos conocidos como cucarachas.

   Soy capaz de ponerme una serpiente al cuello, cosa que ya hice en mis tiernos cinco años; pero el simple zumbido de una abeja o sin llegar a ser así de peligroso, como el de una mosca, me producen un miedo insoportable y, a día de hoy, no se porque.
 Querría que desaparecieran todos ellos a pesar de lo que me gustan los animales, aunque se que eso es imposible; por desgracia, conozco los riesgos de tal acción. En realidad es una estupidez.
Podría encerrarlos en una gran cúpula y que vivieran allí, apartados de todo y de todos, para que me dejaran vivir en paz, aunque no todos ellos, sólo aquellos como las abejas que son peligrosos pero muy importantes.
Aquí es donde parece que la naturaleza me ha leído el pensamiento, ya que hoy en día es sabido por todos que las abejas desaparecen Dios sabe por que, aunque tampoco le haría la pregunta.

   En mis vagos recuerdos de la infancia no encuentro prácticamente ninguna mala experiencia con estos miembros del reino animal,

Pero, ¿Que culpa tengo yo si me producen estas sensaciones? 

   El hecho de que tengan ese aspecto y el que piquen, muerdan o pellizquen a las personas es culpa de la evolución, la cual parece volver a estas especies en contra de la especie humana.

 -Bueno Vallejo, nos ha encantado recibirte esta mañana pero se nos termina el tiempo así que ya nos irás contando otro día a qué otro tipo de animales odias tambien, muchas gracias. Y a vosotros lectores solo queda por desearos un buen día y que afrontéis este frío coruñes con buena cara, porque días tan fríos como hoy quedan mucho. ¡Buena suerte y hasta otro día!

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