¡HOLA LECTORES!
Bueno aquí os traemos una de las obras más importantes de nuestro nuevo amigo Samuel Beckett: Esperando a Godot. Esperamos que esta entrada os anime a leer el libro.
La obra se divide en dos actos, y
cinco partes básicas idénticas en cada acto. Estas partes son: Estragón y
Vladimir solos; entrada de Pozzo y Lucky; salida de Pozzo y Lucky; llegada del
mensajero; y Estragón y Vladimir solos una vez más. La ausencia de argumento y
de acción dirige la espectador y al lector a centrarse en las palabras. Esto da
a Beckett la oportunidad de comentar de forma directa y concisa la existencia
humana a través de la filosofía existencialista.
Ya en la propia obra ,aunque no
existe un argumento específico, esta se centra sobre los personajes principales
(Estragon y Vladimir) situados en un lugar inconcreto. El propósito de estos
dos personajes es esperar a que un hombre llamado Godot llegue. El diálogo que
entre ellos tiene lugar mientras esperan, junto con la espera misma, representa
la absurda existencia del género humano. Beckett utiliza todos los elementos de
la obra para expresar sus temas de estructura circular, ideas existencialistas
y su visión teística de Dios. El emplazamiento de Esperando a Godot queda
vagamente insinuado. Beckett lo describe tan solo como un camino de campo con
un árbol, durante la tarde. La poca importancia del escenario es relevante para
el tema de la obra: puesto que ésta pretende representar al género humano, no
existe ningún tipo de influencia geográfica o étnica. El escenario vacío hace
que la atención se centre sobre los personajes y su aislamiento. Se hacen, por
tanto, más puros que si se encontrasen en una ciudad, o corrompidos por la
sociedad. El emplazamiento desempeña una función en dos partes de las obras:
ambas partes implican al árbol.

Beckett atestigua que la humanidad sabe que no hay significado en la vida, pero se resiste a aceptar este hecho porque significaría que hay una aterradora libertad en la aceptación de que no existen verdades universales, ni verdaderos o falsos universales. Demuestra esta idea permitiendo a Vladimir y a Estragón llegar a esta conclusión y rechazarla en favor de la posibilidad de un Dios o un Sentido. Vladimir dice a Estragó que, debido a su petición a Godot, han perdido sus derechos. Estragón pregunta entonces si están comprometidos, pero el diálogo se pierde cuando oyen un ruido que ellos creen que podría ser Godot entre los arbustos y dejan de hablar. Aquí, Beckett lleva a sus personajes a decir que cuando uno acepta un Dios, o entrega su vida a la búsqueda de un significado a través de la religión u otros medios, se niega a sí mismo la libertad y se ata a los ideales falsos de una verdad desconocida.
En un punto, Estragón y Vladimir
discuten sobre el árbol y deciden colgarse del mismo. En el segundo acto, el
árbol está considerablemente más verde, haciéndoles dudar si están en el lugar
correcto o en el momento correcto. La mayor parte del tiempo, el emplazamiento
se conforma de un área no importante con el fin de acentuar la universalidad de
Vladimir y Estragón, así como la de todo el género humano.
Esperamos que os hayan entrado muchas ganas de leer este fantástico libro. ¡Hasta la próxima!
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